Guardo en mi mente el recuerdo de bañarme en los ríos y encontrarme de vez en cuando algo de aspecto gelatinoso flotando en la superficie o cubriendo las rocas que tocaban mis pies. “¡Cuidado con las cacas flotantes!” bromeábamos mi hermana y yo. Pero la verdad que a mí siempre me llamaron la atención, solía cogerlas y las abría, sorprendiéndome por un interior blando y resbaladizo. No sabía por aquel entonces que no éramos las primeras que pensábamos ese nombre, en Cataluña estas formas misteriosas se conocen como “merda de bruixa”, ya que aparecen a menudo tras la lluvia, y bueno…por su aspecto.
Pasarían muchos años hasta que ya cursando Biología le pusiera nombre científico a esto. Estas formaciones se tratan de colonias macroscópicas de cianobacterias. Pertenecen al Género Nostoc. Y aunque podemos encontrarlos en el agua dulce, también sobre la superficie terrestre como entre musgos y hierbas.
Una de las características más importantes de las cianobacterias es que pueden fijar el nitrógeno atmosférico, para hacerlo utilizan una enzima llamada nitrogenasa, y como esta se inhibe en presencia de oxigeno (que las propias cianobacterias producen en su fotosíntesis) es necesario que los dos procesos estén separados, espacial o temporalmente. Para la separación física existe una célula especial, llamada heterociste, que está especializada en la fijación del nitrógeno atmosférico, y tiene la pared más gorda que el resto de las células. La posibilidad de fijar el nitrógeno atmosférico, enriquece el suelo y es de gran importancia.
Dentro del género Nostoc encontramos especies con distintas propiedades. En Asia llevan consumiéndose y empleándose en la medicina desde la Dinastía Jin (año 317). Sin embargo una de las especies que más frecuentemente se consume, Nostoc flageliforme, ha resultado contener toxinas que pueden causar daños neuronales. Otras especies también contienen hepatoxinas que producen hemorragias.
Pero no todo es negativo, de hecho N.ellipsosporum produce una proteína con actividades antivirales contra el VIH, VIF y herpes
Nostoc commune, por su parte, tiene efectos anti-inflamatorios, anti-infecciosos y de actividad antibacteriana, así como propiedades antioxidantes y anticancerígenas, de inmunomodulación y reducción del colesterol.
Por ejemplo, se ha demostrado la capacidad por parte de N. commune de restauración de la microbiota del intestino alterada por tumores. Esto lo convierte en un posible prebiótico para la prevención y el tratamiento de cáncer colorrectal.
N. commune es rica en nutrientes, y es por eso que a menudo se consume. Además su capacidad de crecer en distintos ambientes por todo el mundo la convierten en un valioso recurso natural que aún puede sorprendernos.
Una demostración más de lo maravillosa que es la naturaleza, más allá de apariencias.
BIBLIOGRAFÍA
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